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domingo, 1 de marzo de 2009

La palabra pintada, de Tom Wolfe (1989)


Francamente, hoy en día, sin una teoría que me acompañe, no puedo ver un cuadro”.

Con esta sencilla afirmación Wolfe resume magistralmente el problema (o descubre el quid de la cuestión) del arte contemporáneo desarrollado a partir de los ismos. El arte como una actividad puramente intelectual es algo que está presente en el pensamiento de Wolfe, pero él va más allá y sitúa el peso de la creación artística en los mecanismos propios del intelecto, en pensar y razonar la obra, en justificarla racionalmente; es decir, en dotarla de una teoría artística. Tanto es así que Wolfe incluso se refiere -siempre desde su tono irónico- a las propias obras de arte (en el sentido clásico del término) como meras ilustraciones de las teorías a las que acompañan.
En La palabra pintada se ofrece al lector una panorámica de la Historia del Arte del siglo XX - que comienza con el Cubismo y termina con el Minimal y con el arte conceptual- enmarcada por algunas notas sobre Realismo -al comienzo- y Photo-Realism -al final- (lo que establece un supuesto punto de retorno que no es tal). Wolfe hilvana los distintos movimientos de Vanguardia con su prosa amena y literaria, mostrando de un modo muy sencillo y accesible cómo van surgiendo estos distintos movimientos y cómo no suponen realidades inconexas dentro del arte de la pasada centuria.

Number 3 (Jackson Pollock, 1950).

La Historia del Arte Moderno (es decir, Contemporáneo) que Wolfe nos cuenta es un pulso continuo entre el artista (el bohemio) y su entorno: le monde. Lo nuevo adquiere para el autor un valor fundamental en el arte contemporáneo, siendo precisamente lo que se pone de moda, lo que atrae a le monde y lo que, por tanto, equivale el arte vivo de cada período. En el arte de Vanguardia un movimiento no se elimina volviendo hacia atrás, sino saltando hacia delante, hacia lo nuevo; es esto lo que acaba con lo viejo y lo sume en el olvido.
Según Wolfe, el público no juega ningún papel en el arte moderno: accede al acontecimiento artístico una vez que ya ha acaecido, por lo que su función queda limitada a contemplar y valorar (aunque su juicio pueda, para más inri, venir impuesto por la sociedad -le monde-, los pre-juicios de la tradición y los filtros de información).

La Gran Vía (Antonio López, 1974-81).

Si un nuevo estilo te turba probablemente es algo bueno. Si lo odias, tienes que admirarlo”.

Esto, que ha caracterizado la relación de le monde con el arte moderno, debe mucho a las ideas Rosenberg (todo arte nuevo resulta feo al principio). Y es que tanto Rosenberg como Greenberg, Steinberg y el resto de los grandes críticos son, según la fina ironía de Wolfe, los verdaderos protagonistas del arte moderno: es de ellos, y también de algunos artistas-teóricos, de donde procede la Palabra que los pintores ilustran.

Podemos por tanto llegar a la conclusión de que el arte es hoy, más que nunca, una actividad ejercida desde la inteligencia y materializada (aunque esto sea algo accesorio) a través de unos medios que pueden ser manuales o no. Wolfe cree en esto (y yo creo en Wolfe), en el valor intelectual de la obra más allá de su materialidad, en la obra como palabra que puede ser ilustrada, materializada, o no.
En el arte moderno la cualidad de arte pasó de estar en los lienzos a ocupar las páginas de los manifiestos de vanguardia y de las críticas de arte. La Palabra Pintada (o esculpida, construida…) es, sin duda, el signo del arte de nuestro tiempo.

11 comentarios:

Anónimo dijo...

El arte está más en los ojos del que mira que en aquello que es observado.

Anónimo dijo...

Muy bonito todo, pero para mí la obra de arte la construímos nosotros...

Un beso

Anónimo dijo...

Hola primo, estupendo blog.

Esta entrada expone perfectamente la conversación que tantas veces hemos mantenido.

Seguiré visitándote. Un beso.

Ciudadano dijo...

Para mí el arte es un poco de las dos cosas a la vez. En verdad creo, como vigi y ciudadano mane, que el arte es básicamente un tipo de relacíón entre un objeto y un sujeto (que la pregunta qué es el arte -o mejor, cuando hay arte- depende más del receptor que del emisor). Sin embargo, me parece injusto reducir a tan poco el papel del artista.

Anónimo dijo...

hombre, creo yo que la labor del artista se limita a provocar algún tipo de reacción en el receptor.

!!! GONITA ¡¡¡ dijo...

Para mi la labor del artista es en dar a conocer una nueva vision o perspectiva de una problematica o sucedo, una nueva forma de ver algo que siempre sabemos... Ya es problema del espectador como lo interprete...La labor del artista nunca debe ser limitada, pero la labor del espectador no debe ser limitante

Ciudadano dijo...

Qué interesante tu reflexión, Gonita. Parece claro que el arte no se puede acotar, y que la pregunta correcta no es "¿qué es el arte?", sino "¿cuándo hay arte?".
En un arte entendido como un tipo de relación específico sujeto-objeto, los dos sujetos en acción (creador y receptor) juegan efectivamente el papel activo. Entonces, ¿cuál es el rol de la obra? Quizá sólo sea un medio, una "palabra pintada"...

Anónimo dijo...

Vuelve a leer el libro, no has entendido el punto de vista del autor. Tom Wolfe esta criticando con mucha ironia lo que tu dices que el afirma.

Ciudadano dijo...

Lo volveré a leer atento a tu percepción. Gracias y un saludo.

Mayté dijo...

Mi alumna disléxica leyó cuarenta páginas de este libro de Wolfe y se quedó sin entender casi nada, por lo opaco del texto y la ironía, etc. Por eso buscamos para ella una explicación sencilla que le permita comprenderlo al menos básicamente. Gracias.

Ciudadano dijo...

Gracias a ti, Mayté. Me hace mucha ilusión saber que una modesta entrada que publiqué hace diez años se siga leyendo todavía :-)
Enhorabuena por tu trabajo. Saludos

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