Swansea, en Gales, fue uno de los principales centros de la
primera Revolución Industrial británica. Su territorio acogió entonces una incesante
actividad en torno a la minería del carbón y a la metalurgia de los metales no
ferrosos, con especial protagonismo del cobre. De hecho, entre finales del
siglo XVIII y la primera mitad del XIX, estuvo a la cabeza de la producción
mundial de este último metal.
El Valle de Swansea materializa de forma
excepcional un modelo de explotación metalúrgica en el que las cuencas
carboníferas se convierten en receptoras -y fundidoras- de los minerales
enviados desde los distritos mineros metálicos. En el sector del cobre, este
modelo fue en muchos casos el dominante hasta aproximadamente la llegada del
ferrocarril (con la pareja disminución de los costes derivados del transporte
de combustible) y la entrada en escena, a partir de la segunda mitad del siglo
XIX, de los nuevos gigantes mineros (localizados en buena parte en el
continente americano), que pronto descubrieron que podían obtener mayores
beneficios fabricando su propio cobre metálico. Consecuencia de todo ello, en
apenas una década Swansea dejó de ser el principal fabricante del mundo, y la
mayoría de sus instalaciones industriales se abandonaron sin ser sustituidas por
otras.
Hoy,
y tras un faraónico proyecto de regeneración medioambiental conocido como The Lower Swansea Valley Project, su paisaje apenas evidencia este pasado
industrial. Quedan, con todo, algunas huellas para el ojo entrenado, como el
uso de bloques de escoria en la construcción, apreciables, por ejemplo, en las
casas de Vivianstown; los restos de
los antiguos Hafod Copper Works o de
los talleres de Morfa, en los que perviven algunas estructuras asociadas a las
fundiciones y los muelles para descargar el mineral en el río; y varios
espacios de vivienda: Morris Castle, casas
adosadas de Vivian Street, etc.
El projecto A World of Welsh Copper trata de
preservar este legado material para recuperar la memoria reciente de la ciudad
que un día fuera conocida como Copperopolis. El siguiente vídeo da buena cuenta de ello.
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