El pasado mes de noviembre (de 2011) la Arqueología Industrial salió a la calle, por fin, en Electromecánicas, conectando de manera directa con sus vecinos. En concreto, a través de una charla-coloquio, que tuvo lugar el día 17 en las instalaciones del Centro Cívico Vallehermoso, y de una visita guiada, al día siguiente, por el complejo urbano de SECEM. Todo ello, dentro del marco del proyecto de difusión Arqueología somos todos.
Durante la charla, que
abrió el arqueólogo Sebastián Sánchez Madrid con una brillante reflexión sobre
el panorama actual de la Arqueología urbana cordobesa, Juan Manuel Cano Sanchiz ofreció
a los asistentes unas nociones básicas sobre el concepto y el método de la
Arqueología Industrial, para pasar después a analizar la primera fase de la
Sociedad Española de Construcciones Electromecánicas S.A. (1917-1930).
De la visita se encargó
Miguel Barrón Lara, de manera que los participantes, muy interesados, pudieron
disfrutar de primera mano de los resultados obtenidos por este joven
investigador. Los barrios obreros (y de empleados) levantados por SECEM en Córdoba constituyen un caso
único en la ciudad de promoción inmobiliaria por parte de una compañía
industrial. Su estado de conservación es desigual, sobre todo en lo que se
refiere a las viviendas. Con todo, se trata de un patrimonio capaz de
revelarnos una historia: la de la mayor iniciativa industrial que ha tenido
lugar en la capital.
Miguel Barrón analiza los barracones de SECEM, primeras infraestructuras
de vivienda levantadas por la compañía.
Barrón propuso
un recorrido por los tres barrios obreros que forman el complejo -más el de
empleados-, así como por el resto de instalaciones que, con otros usos o en el
abandono, han llegado hasta nuestros días: barracas, plazas, iglesia,
economato, grupos escolares, escuela de aprendices, cuartel de la Guardia
Civil, etc.
La ruta continuó, tras pasar por el Cuartel de la Guardia Civil, por el
barrio obrero Electromecánicas I, diseñado por el arquitecto de la fábrica:
François Gay.
Uno de los aspectos más
satisfactorios fue la amplia y activa respuesta de los vecinos, que no sólo aprendieron
(y enseñaron) sobre su propio barrio en el transcurso de la ruta, sino que
también se sensibilizaron con un patrimonio, el arqueológico industrial, tantas
veces denostado, y reivindicaron la salvaguarda de los barrios e
infraestructuras de la antigua SECEM como seña de identidad. Parece que, por
fin, la Arqueología Industrial comienza a tener algún respaldo en Córdoba.
El grupo, mermado por la lluvia, se resguarda en el porche de la Iglesia
de Nuestra Señora del Rosario, construida por SECEM en la plaza principal de
Electromecánicas II.
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