Buscar en La ciudad crítica

martes, 17 de junio de 2014

Bocados literarios (II)




En aquella región de hielos eternos no se atrevían a adentrarse ni los más arriesgados alpinistas. O, dicho más exactamente: hacía ya tantísimo tiempo que alguien había conseguido escalarlas que nadie lo recordaba. Porque ésa era una de las leyes incomprensibles de las que tantas había en el reino fantástico: las Montañas del Destino sólo podían ser vencidas por un escalador cuando el anterior hubiera sido olvidado por completo y no hubiera tampoco inscripción alguna, en piedra o en bronce, que lo recordara. Por eso, todo el que lo lograba era siempre el primero.

La historia interminable
Michael Ende, 1979


Ilustración original de Roswitha Quadflieg


No hay comentarios:

Publicar un comentario